30 de agosto de 2017

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Ese encuentro con Jesús, del que nos habla hoy el Papa Francisco en su audiencia, es el amor primero que nos ha cautivado y entusiasmado hasta llenarnos nuestro corazón de gozo y alegría. Ese amor primero que no debemos dejar de desaparecer ni de olvidar. Ese encuentro con Jesús que nos llena de esperanza, y que, cuyo recuerdo, debe siempre animarnos, esperanzarnos y descubrirnos nuestra vocación.

Vocación que debe estar siempre apoyada en el gozo y la alegría de estar con el Señor. Y lo estamos en la oración y los sacramentos. De forma especial, la Penitencia y la Eucaristía, donde iniciamos siempre ese hermoso recuerdo vivo de la primera vez que nos encontramos con Él. 

Gracias, Santo Padre, por estas hermosas palabras que nos avivan y nos traen la memoria de nuestro primer encuentro con el Señor. Que sea siempre para nosotros la llama que aviva nuestro fuego de gozo y esperanza en Xto. Jesús.



PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 30 de agosto de 2017


Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis de hoy reflexionamos sobre la relación entre la esperanza y la memoria de la vocación. Los primeros discípulos de Jesús recordaban de forma nítida el momento de su llamada.

Juan y Andrés escucharon cómo su maestro Juan el Bautista decía de Jesús: «Ese es el Cordero de Dios». Esta fue la chispa que dio comienzo a su historia de seguimiento. Ellos iniciaron a estar con él y muy pronto se transformaron en misioneros, haciendo que sus hermanos Simón y Santiago también siguieran a Jesús.

Nosotros, ¿cómo podemos descubrir nuestra vocación? Se puede hallar de muchas formas, pero toda vocación, ya sea al matrimonio, al sacerdocio o a la vida consagrada, comienza con un encuentro personal con Jesús, que nos llena de inmensa alegría. El Señor no quiere que lo sigamos sin ganas, sino con el corazón lleno de gozo, y esa felicidad de estar con él es la que evangeliza el mundo.

El cristiano, como la Virgen María, conserva en su corazón la llama del primer encuentro con el Señor, y ante las pruebas de la vida vuelve a ese sagrado fuego, que lo conforta y que fue encendido una vez para siempre.
* * *
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Los animo a que se acuerden de ese primer encuentro con Jesús en sus vidas, para que puedan reavivar ese fuego de amor, que los invita a seguirle con alegría y que es llama de esperanza.


Muchas gracias.