26 de mayo de 2016

Jóvenes Eucaristicos



Sabemos muy  bien como la  juventud  del siglo XXI tiene  grandes  retos, ya  que en el mundo que vivimos hay tentaciones, pero por el contrario Cristo siempre  nos dice  que seamos fuertes  y  valiente. “Tengan ánimo y  valor, no les teman ni se  asusten ante  ellas, por  el Señor tu Dios va  contigo; no te dejara ni te  abandonara. “ Dt 31,6.

Podemos ver como Dios le  habla  al pueblo de  Israel y  le dice  que no teman ni se asusten porque Dios les  acompaña.  Cada joven no debe considerarse solo ni angustiado,  por el contrario debe  estar lleno de valor y firmeza  para  que cuando la  prueba  y la  tentación vengan él pueda  salir victorioso.

Sabemos que Dios no nos ha  dejado solos que  tenemos el mejor mangar que  se llama  la Eucaristía y en la  palabra  de Dios nos quedara muy claro cuál es  el verdadero pan que  debemos comer  para  seguir adelante  en nuestras  luchas diarias.  “Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo. “
Jn 6, 48-51.

Jesús nos lo deja  muy claro que él es el pan de vida, el que come  de  ese  pan vivirá para  siempre lo que nos dice  es  que  cuando nos acercamos a comulgar nos unimos también  al cielo a la comunión  de los  santos. La  eucaristía no debemos verla como un simple  pan que se nos da sino como ese  alimento que nos da vida en plenitud.

Y sigue diciéndonos “Mi carne es  verdadera comida  y mi sangre es verdadera  bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él“Jn 6, 55-56.
Nos lo vuelve  a  decir  por  si no nos quedó claro mi carne y mi sangre  es  verdadera  comida y bebida, no es cualquier  pan o cualquier vino sino es el mismo Cristo el que comemos y bebemos en la  comunión.  Al final nos dice el que come mi carne y bebe mi sangra  vive  en mí y yo en él, nos convertimos en otros Cristos ya que él nos abraza  y nosotros a él.

Para concluir  unas  últimas  palabras debemos ser jóvenes  eucarísticos  que cuando participemos de la  Eucaristía no pasemos desapercibidos  de tan gran misterio que Dios nos dejó, sino por el contrario debemos participar activamente  de tan gran sacramento que nos salva y vivifica.   

“Tenemos con nosotros el "pan de los peregrinos", el sacramento del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, que se nos ofrece como fuente inagotable, para sacar de ella fuerza, serenidad, confianza en cada momento de la existencia”. San Juan Pablo  II.

Brandon Carvajal. (San José, Costa Rica)


Autor del Blog Camino de Santidad 

Imagen de la pelicula Mary's Land.