11 de abril de 2014

La Señal de la Cruz

San Pablo en sus cartas hace contínuas alusiones a la cruz, ya como motivo de gloria para el cristiano, ya como emblema de la redención humana. En el libro del Apocalipsis se nos habla del signo con que fueron marcados los elegidos, con el siglo del Cordero, Cristo. En el catecismo se nos enseñaba que la señal del cristiano es la Santa Cruz, porque es el emblema de Cristo crucificado, que nos redimió en la Cruz. Y así ha sido desde los primeros tiempos del cristianismo. Ya a comienzos del siglo III un autor cristiano del norte de África, Tertuliano, reconocía que los cristianos utilizan el signo de la cruz en todo momento: A cada paso y a cada movimiento, cuantas veces entramos y salimos, al vestirnos o calzarnos, en el baño, en la mesa, al encender la lámpara, al acostarnos, al sentarnos, en cualquier cosa que nos empleemos, marcamos nuestras frentes con la señal de la cruz. Y a mediados del siglo III el obispo de Cartago, San Cipriano, animaba a los mártires diciéndole: Sea tu frente fortalecida, que la señal de Dios sea conservada intacta. San Cirilo, obispo de Jerusalén pedía sus feligreses: No nos avergoncemos, pues, de confesar al Crucificado. Sea la cruz nuestro sello, hecho por nuestros dedos, con resoluciones, sobre nuestra frente y sobre toda cosa; sobre el pan que comemos y las copas en que bebemos, en nuestras entradas y salidas, antes de nuestro sueño, al acostamos y le­vantárnos, cuando caminamos y cuando descansamos. El poeta hispano recomendaba que cuando el sueño te llame y te dirijas a tu casto lecho, la señal de,la cruz fortalezca tu frente y tu corazón. Como podemos ver, desde los primeros tiempos cristianos se usaba la cruz com,o signo de Cristo, al comienzo de todas las actividades: al salir y volver de casa, al comenzar a come, al retirarse a descansar.

A lo largo de la Edad Media los concilios diocesanos recomendaban a los sacerdotes que procuren que los muchachos de sus parroquias sepan la oración dominical, el Padrenuestro, el credo y la salutación a la Santísima Virgen, lo que hoy denominamos el Avemaría, y cómo se han de persignar debidamente.

El catecismo nos enseñaba que hay dos formas de usar la señal de la cruz que son signar y santiguar, y nos daba la explicación. Signarse es hacer tres cruces con el pulgar de la mano derecha; la primera en la frente; la segunda en los labios; la tercera en el pecho, hablando con Dios Nuestro Señor. Por el contrario santiguase es hacer una cruz con los dedos de la mano derecha de la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo hasta el derecho, invocando a la Santísima Trinidad. Al santiguarse, ya desde los tiempos medievales, se le dio distintos significados, pero el más extendido es el trinitario: invocamos a la Stma. Trinidad con estas palabras: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, nombrando al Padre cuando tocamos la frente, al Hijo cuando tocamos el pecho y al Espíritu Santo cuando pasamos de un lado al otro. Al signarse o persignarse, el hacer una pequeña señal de la cruz, con el pulgar sobre frente, labios y pecho, con las palabras: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros + enemigos, líbranos, Señor + Dios nuestro, se le dio el significado de pedir la protección divina contra los enemigos del cristianos, como recoge uno de los catecismos o manuales de la doctrina cristiana, que aunque del siglo XVI ha sido muy popular hasta nuestro tiempos: Todo fiel cristiano-está muy obligado a tener devoción de todo corazón a la santa Cruz de Cristo nuestra Luz, pues en ella quiso morir-que nos redimir de la cautividad de nuestro pecado, Y del enemigo malo y por tanto, te has de acostumbrar a signar y santiguar haciendo tres cruces. La primera en la frente la, Porque nos libre Dios de los malos pensamientos. La segunda en la boca porque nos libre Dios de las malas palabra. La tercera en los pechos porque nos libre Dios de las malas obras y deseos.


Javier de la Cruz