30 de abril de 2014

SAN JOSÉ, EL SANTO SILENCIOSO


        
    Una nota peculiar y característica de San José el justo, es el silencio. Le acompaña a lo largo de toda su vida, como le acompaña la justicia.. El Evangelio no nos conserva ninguna palabra suya, como nos las conserva de su esposa la Virgen María. Bueno nos conserva una que vale por todas las palabras y en la que se encierran todos los bienes y bendiciones: Jesús. En el momento de la circuncisión, a los ocho días de su nacimiento José, como le había mandado el ángel le puso el nombre de Jesús, el nombre sobre todo nombre.
Todo lo hace y lo vive en silencio. Cuando el ángel le dice en sueños que no tema tomar a María, su esposa en su casa, no dijo nada. Cuando le manda ir a Egipto para salvar al Niño de persecución de Herodes, sin pérdida de tiempo cumple la orden, pero no dice nada. Cuando le manda estar allí hasta nueva orden, el mismo comportamiento. Y así siempre. No dice nada pero hace. “En honor a la verdad José no respondió al anuncio del ángel, como María, pero hizo como le había ordenado el ángel del Señor y tomó consigo a su esposa” (RC 4).
El silencio no es fundamentalmente ausencia de palabras, rumores y sonidos, es más bien. La capacidad y realidad de vida interior, profunda, reflexiva, es expresión de vivencia de honda vida interior y espiritual. San Juan de la Cruz dice que una palabra pronunció Dios, que fue su Hijo, y estas habla siempre en eterno silencio y en silencia ha de ser escuchada por el alma. Como dice San Ignacio de Antioquía, Jesucristo, el Verbo de Dios, nació del silencio de Dios.
Escuchar en silencio, es lo que hace San José. “El silencio –dice el Papa B. Juan Pablo II- descubre el perfil interior de san José de modo especial. Los evangelios hablan exclusivamente de lo que José hizo, pero en sus acciones descubrimos un clima de profunda contemplación, descubrimos que estaba en comunión continua con el misterio de Dios.
El silencio de San José es realmente inmenso, expresión de su grandeza de alma extraordinaria, de una santidad sublime. Es la expresión de su trato íntimo con Dios. El que vive muy dentro, está muy advertida en Dios, calla, porque cuando lo está, luego con fuerza la tiran de dentro a callar, la misma presencia y experiencia de Dios le está empujando a callar, porque esa misma intimidad con Dios le enseña que el silencio es mejor y más elocuente que las palabras le urge al silencio, clima y actitud para escuchar a Dios, que, como dice Santa Teresa, de las comunicaciones de Dios, se gozan en grandísimo silencio (7M 3,11), y las palabras de las sabiduría oyense en silencio (Eccle 9,19). “porque es imposible ir aprovechando, sino haciendo y padeciendo virtuosamente, todo envuelto en silencio” (San Juan de la Cruz)
Esta actitud de silencio es la que tiene anta Jesús y María que en ese silencio amoroso le van imprimiendo misteriosamente sus gracias en lo más profundote su ser ¡Cuántas veces no se quedó san José contemplando en silencio a su Hijo y a su esposa!
El siendo justo del Evangelio se refiere a toda la persona y a toda la vida de san José. De igual modo el silencio profundo e íntimo, como expresión clara de su sublime santidad, envuelve toda su figura y todos los momentos de su existencia.. El Papa B. Juan Pablo II expresamente lo afirma de su trabajo de carpintero. “También el trabajo de carpintero en su casa de Nazaret está envuelto ene l mismo clima de silencio, que acompaña todo lo relacionado con la figura e José” (RC 25) y observa en este silencio algo especial, peculiar de la persona de san José.
Cuando Pablo VI visitó Nazaret el 5 de enero de 1964 en una homilía invitaba a recoger algunas enseñanzas de la lección de Nazaret. “La primera enseñanza es el silencio. Como desearíamos que se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio en esta sociedad de tanto ruido, aturdimiento y tantas voces y tantas agitaciones. Silencio de Nazaret, enséñanos el recogimiento y la interioridad, enséñanos a estar siempre dispuestos a escuchar las buenas disposiciones y la doctrina de los verdaderos maestros. Enséñanos la necesidad de una vida interior intensa, de la oración personal que solo Dios ve”. (Homilía). Dice San Juan de la Cruz que “el callado amor es el único lenguaje que oye y entiende Dios. Que por eso lo que falta, si algo falta, no es el escribir o el hablar, que esto ordinariamente sobra, son el callar y obrar. Porque, demás de esto el hablar distrae y el callar y obrar recoge y da fueraza al espíritu” (Cta 8). En el silencio y la esperanza está vuestra fortaleza (Is 30,15). A cuántas almas les hablaría Dios con gusto si estuvieran en silencio” (Santa Teresa), y el filósofo K. Kikegard escribe: “El mundo está mal. Si yo fuese  médico y me pidieran consejo, les diría: callad, haced silencio..

“Dejémonos contagiar –dice el Papa Benedicto XVI- por el silencio de San José. Nos es muy necesario en un mundo a menudo demasiado ruidoso, que no favorece el recogimiento y la escucha de la palabra de Dios”.    

P. Román Llamas, 

29 de abril de 2014

¿Quién es San Sixto I?


San Sixto I, Roma (115-125) Romano. Elegido en el 115, murió en el 125. Enterrado en la Acrópolis de Alatri (Frosinone). Prescribió que el retazo del cáliz fuese de lino y ordenó que el cáliz y paramentos sagrados fuesen tocados solamente por los sacerdotes. Estableció se cantase el Trisagio antes de la Misa.
Era Romano por nacimiento, y su padre se llamaba Pastor. Según el "Liber Pontificalis", pasó las tres ordenanzas siguientes: 
1.- que no se le permita a nadie excepto por los sacerdotes tocar los Vasos Sagrados 
2.- que los obispos que han sido convocados a la Santa Sede, no sean recibidos por su diócesis hasta que presenten las Cartas Apostólicas 
3.- que después del prefacio en la Misa, el sacerdote recite el Sanctus junto con los fieles. 

El Catálogo Feliciano de Papas y los varios martirologios le dan el título de mártir. Su fiesta se celebra el 6 de abril. Fue enterrado en el Vaticano junto a la tumba de San Pedro. Se dice que sus reliquias fueron transferidas a Alatri en 1132, aunque O Jozzi (Il corpo di S. Sisto I., papa e martire rivendicato alla basilica Vaticana, Roma, 1900) sostiene que todavía están en la Basílica Vaticana. Butler (Vidas de los Santos, 6 de abril) dice que el Papa Clemente X le dio algunas de sus reliquias al Cardenal de Retz, quien las puso en la Abadía de San Miguel en Lorena. El Sixto a quien se conmemora en el Canon de la Misa es el Papa San Sixto II, no Sixto I.

25 de abril de 2014

Los sentidos

Todo hombre religioso sabe que el fin del ser humano es servir a Dios en esta vida, conservándola y actuando positivamente en ella, y es que la misma realidad creada se nos ha dado no para que la destruyamos, convirtiéndonos, que a veces es a lo que hemos llegado a ser, en auténticos depredadores, sino para disfrutar de ella, se nos ha dado para nuestro deleite. Para ello hemos sido dotados de una serie de facultades, como son los sentidos, que nos ayudan a percibir, usar y valernos de la propia realidad. Los sentidos son los que nos ponen en relación con el mundo material. Una persona privada de alguno de los sentidos está un poco separado de la realidad externa que le rodea. 

El ser humano ha sido dotado de una serie de facultades, unas para obrar, otras para sentir, como son los sentidos exteriores o los sentidos interiores, la imaginación, la memoria sensitiva, otras para apetecer y querer las cosas sensuales, el deseo de comer, de ver, de oír cosas agradables, de sentir cosas gustosas. Pero no solamente tenemos estas facultades o sentidos externos, sino que también hemos sidos dotado de toda una serie de facultades espirituales como el entendimiento, que nos da la capacidad de conocer, la memoria, que nos ayuda a recoordar lo conocido, o la voluntad, que nos permite apetecer y querer lo conocido. Unas y otras se necesitan. Si sólo nos quedaramos con lo que nos proporciona los sentidos externos seriamos unos seres un tanto pobres, y es que la información suministrada por nuestros sentidos externos y procesada por las que llamamos las facultades espirituales, han ayudado a que el ser humano se desarrolle como tal, y haya sido capaz de ser un ser cultural, desarrollando la ciencia, el pensamiento abstracto, el arte, el sentimiento religioso. Ya decían los clásicos autores espirituales que el entendimiento se nos dio para que a través del conocmineto, de toda la información que nos proporcionan los sentidos, diríjamos nuestro pensamiento y nuestro obrar hacia Dios, y es que aunque pensemos muchas cosas que son de nuestro agrado, y aparentemente no se refieren a Dios, todas ellas nos aydudan a pensar en Dios. Lo mismo decían de la memoria, que debe ayudarnos, a partir del recuerdo de la información sensible, acordarnos de Dios y de sus beneficios; y, por supuesto, algo parecido venían a decir de la voluntad, para que a través de la información que nos transmiten los sentidos, amemos no sólo a las cosas, sino que las cosas nos ayuden a amar a Dios. Por ello una persona mística es aquella que, ayudada por todas las facultades de las que está dotado el ser humano, es capaz de percivir el fondo divino que reside en el corazón, en lo más interior de cada persona y de cada cosa. Cuenta Teilhar de Chardin que su primera sensación de Dios fue estrechando en su mano un trozo de metal, a través de la finitud del metal llegó a experimentar la infinitud de Dios. A todo esto nos ayudan los sentidos, a elevarnos de la realidad sensible a ese mundo que está más allá de los sentidos y que, desde la fe, identificamos con Dios, al que, en expresión de San Agustín, experimentamos como “totalmente Otro que yo mismo y más yo que yo mismo”.

Se ha dicho, y esta es una verdad de perogrullo, que lo que llamo los sentidos: la vista, el odio, el gusto, el olfato y el tacto, son como las ventanas que nos ponen en relación con el mundo exterior en el que vivimos inmersos y del que no podemos prescindir, de donde podemos deducir que nada hay en nuestro entendimiento, o nada recuerda la memoria, o nada apetece la voluntad, que no haya entrado por los sentidos, son ellos los que nos permiten satisfacer nuestras necesidades más elementales y a la vez que ser solidarios con la realidad externa de la que formamos parte. 

Los sentidos, que son los que ahora nos interesa, dan al ser humano la capacidad de deleitarse en las cosas que existen en el mundo material, ya decía Santo Tomás “lo bello causa un placer sensible”.No podemos olvidar que todo nos ha sido dado, como creyentes afirmamos que por Dios, lo único que tenemos que hacer es reconocerlo, lo que lo que hacemos através de todas esas facultades con las que hemos sido dotados, y en primer lugar por los sentidos. Todo lo que nos ha sido dado en sí es bueno. La misma Escritura dice que Dios vio la obra salida de sus manos y la encontro buena, hermosa. La maldad y la fealdad con que se reviste a la realidad están en el interior del ser humano, es de allí, del corazón, como decía Jesús, de donde salen los males sentimientos, los malos de seos, las malas acciones. Por tanto es ese interior el que tenemos que saber educar, mortificar, dirían los clásicos, para que todo lo que nos suministran los sentidos pueda ser usado de forma positiva. Uno no termina de comprender muchos de esos ejemplos que se nos contaba acerca del uso de los sentidos y que la verdad a uno se le revelan como poco cristianos y menos evangélicos. Se decía que determinados santos no miraban a la cara a las mujeres, de San Francisco se decía que sólo conocía el rostro de dos mujeres, la verdad que cuesta creerlo de él que supo cantar la grandeza y la hermosura de Dios a través de las criaturas. Se recomendaba, creo que es una forma falsa de vivir el pudor, a llevar siempre los ojos bajos o como se dice de Santo Domingo “a no fijar la mirada donde hay mujeres”. Como práctica ascética se recomendaba matar el gusto a los alimentos o a darles un gusto un tanto desabrido echando para ello ajenjo en las comidas.

Hoy vemos que se da una valoración positiva de los sentidos y del uso de los mismos para captar la bomdad de la propia realidad, por supuesto el exceso, es desconocer los sentidos y la misma realidad. Se valora la belleza, los sabores agradables, los olores gratificantes, el tacto como medio de comunicación, uno gusta y se delita de los sonidos amenos. No creo que por arcaicos principios ascéticos debamos criticar esta actitud como sibaritismo. Una profesional de la concina recomienda hacer el siguiente ejercicio, y esto es saber comer con sentido, “toma un alimento de consumo cotidiano, un trozo de pan, una uva, una hoja de lechuga, mírale con determinación, descubre todos los colores que tiene, aprecia sus formas; tócale, recorre sus bordes, siente su textura con los dedos. Ahora siéntele en tus labios, huélele, trata de identificar la gama de aromas que despide, llénate de su olor”, concluso está profesional que “los sabores me dan alguna noticia de lo esencial de la existencia” y que “día tras día podemos hacer del acto de comer un júbilo, una oportunidad para sentirnos vivos en el sentido más amplio y literal d ela palabra. Nuestros sentidos están ahí para nuestro disfrute y para nuestro propio crecimiento como seres humanos y para intensificar nuestra experiencia de la vida”. La verdad que la experiencia histórica no demuestra algo de esto, el ser humano a medida que satisface las necesidades vitales, la lástima es que no todos lo hayan podido lograr, no consume en cantida, sino en calidad.

La fascinación, la admiración, que tanto se valora en la experiencia religiosa, es algo que podemos llevar a cabo a a través de los sentidos. Leyendo la Biblia nos encontramos con una serie de jemplos gráficos. Dios, al que se suele atribuir sentimientos humanos a la hora d ehablar de él, se admira al ver la obra de la creación. Adán se queda maravillado al ver a la mujer y al papalpar su cuerpo: “está si que es hueso de mis huesos y carne de mi carne”. Moisés cuando oye la voz misteriosa en el desierto, o ve la zarza ardiendo, se admira, se pasmó, se quedó sin palabras y presinte que detrás de todo eso estaba Dios. Y el viejo Simeón al ver al niño y tomarlo en sus brazos, quedó conmovido, maravillado, llegó a comprender que Dio ha cumplido la promesa y que, después de lo visto, ya puede descansar en paz: “ahora, Señor, según tu promesa puedes dejar a tu siervo irse en paz”

Javier de la Cruz

23 de abril de 2014

LA ASUNCIÓN DE SAN JOSÉ A LOS CIELOS

             
 Después de la muerte de San José por amor, cuando quedaban en este tierra Jesús y María, nada sabemos de él. Creemos que fue a gozar de la presencia de Dios, a llenarse del semblante de Dios, como dice el salmista.
            San Mateo dice que a la muerte de Cristo “se abrieron los sepulcros y muchos cuerpos de los santos difuntos resucitaron y salieron de sus sepulcros después de la resurrección de él, y entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos” (Mt 27,53). La mayoría de Santos Padres, exégetas y teólogos y tratadistas josefinos lo interpretan de una resurrección corporal, como la de Lázaro. Algunos opinan que no fue una resurrección real sino sólo en especie corporal. Unos opinan que resucitaron para no volver a morir, otros en cambio, que volvieron a morir.
            Sea lo que sea  de ese tema, por lo que se refiere a San José, la inmensa mayoría de los autores josefinos y algunos santos están de acuerdo que la resurrección de San José se culmina con su asunción a los cielos en cuerpo y alma. Gersón (+ 1429) el gran devoto y tratadista josefino y quizás el primero, no se atreve  a afirmarlo: “Piense, pues, el alma piadosa si no es el justo José uno de ellos (los que resucitaron después de la resurrección de Jesús) y se apareció a María, su castísima esposa, la consoló y finalmente subió al cielo juntamente con Cristo en su ascensión. Glorificado, sin duda, en el alma, si también en el cuerpo no lo sé, Dios lo sabe” (Sermón e la natividad, Consd. tercera, al fin).
            Sin embargo, San Bernardino de Sena (+ 1444) lo afirma claramente: “Piadosamente se ha de creer, pero no asegurar, que el piadosísimo Hijo de Dios, Jesús, honrase con igual privilegio que a su santísima Madre, a su padre putativo;  de modo que como  a esta la subió al cielo gloriosa en cuerpo y alma, así también el día de su resurrección unió consigo al santísimo José en la gloria de la resurrección; para que como aquella santa Familia – Cristo, la Virgen y José-  vivió junta en la laboriosa vida y en gracia amorosa, así ahora en la gloria feliz reine con el cuerpo y alma en los cielos”(Sermon de S. Joseph, a. 3) Y después se impone unánimemente como creencia piadosa, no como dogma de fe, que San José este en cuerpo y alma en el cielo junto con Jesús y María, aunque no aparezca explícitamente en las Escrituras ni en los Santos Padres, como tampoco aparece la Asunción de María.
            Es también la opinión piadosa de San Francisco de Sales:”¿Qué nos queda ya que decir sino que no debemos dudar ni en un punto que este glorioso santo tenga gran valimiento con aquel que lo magnificó hasta llevárselo consigo en cuerpo y alma al cielo?...Si es verdad lo que debemos creer que en virtud del Santísimo Sacramento que recibimos en nuestros corazones, nuestros cuerpos resucitarán en el día del juicio Cómo podemos dudar que nuestro Señor haría subir consigo al cielo en cuerpo y alma al glorioso San José, que mereció la honra y la gracia de llevar con tanta frecuencia en sus benditos brazos a Jesús que en ellos tanto se complacía? ¡Cuántos besos le dio tiernísimamente con su boca bendita para recompensar en algún modo sus trabajos! Luego, sin duda ninguna, San José está en el cielo en cuerpo y alma”.(Sermón de San José. BAC, 1953, n.109, p.351-52
            Podía multiplicar los textos sobre esta gloria de san José. Quiero solamente citar un autor y teólogo moderno, el P. Bonifacio Llamera, O.P. Aduce 8 razones a favor de esta piadosa sentencia, la ultima es esta: Parece razonable que la Familia Sagrada, integrada por Jesús, María y José, predestinada a iniciar la nueva vida divina del linaje humano con anterioridad a todos los demás cristianos, inicie también la vida gloriosa de la resurrección con anterioridad a todos los demás. Verdad es que Jesús y María son muy superiores a San José, pero esa superioridad no obstó para que el Santo Patriarca  perteneciera a la Sagrada Familia y con nexo tan entrañable como el esponsal y paternal. No parece, pues, que estando ya resucitado Jesús, esté sin resucitar su padre, y estando ya resucitada María, esté sin resucitar su dignísimo esposo”. En conclusión, “podemos, por tanto, creer que San José, nuestro amantísimo Patriarca, ha triunfado ya en cuerpo y alma, gozando como todos lo otros santos y de un modo absoluto, de la vida del alma, y también de la vidas del cuerpo, que a él principalmente le es debida, en la divina e inseparable compañía de Jesús y de María” (La teología e San José, p. II, c. 6 p. 306; BAC 1953)
            San José pertenece al orden hipostático, es decir,  el orden de la comunicación de Dios a la criatura humana mediante la Encarnación del Verbo, de su Hijo en el seno de la Virgen María, ese orden supremo de gracia en el que la bondad de Dios se puede comunicar a los hombres, muy superior al orden de la gracia sobrenatural en el que se mueven todos los demás cristianos y santos. A este orden sublime y maravilloso de comunicación de Dios sólo pertenecen Jesús, la virgen María y San José, que ocupa el grado ínfimo, pero muy superior al de todos los santos por ser de un orden muy superior. San José pertenece al orden hipostático por el consentimiento que dio a Dios, cuando “le llamó nuevamente a este amor esponsal” (RC 19) de tomar a María su mujer en su casa, en cuyo matrimonio debía nacer Jesús, y por su paternidad sobre Jesús, en fuerza de este matrimonio. Que San José está incluido en le decreto divino de la Encarnación el Verbo, ya que en él no sólo esta incluido lo que ha de realizarse en el tiempo sino el modo y orden de su ejecución, en palabras de San Tomás.
            Según este principio y doctrina es conveniente, coherente y lógico y acorde a los modos de Dios que San José este en cuerpo y alma en el cielo junto con María, su esposa y Jesús, su hijo. Sería feo que faltase él.

Millones de devotos de San José gozan y disfrutan pensando y viendo a su santo y querido Padre, Señor y Patrono en el cielo en cuerpo y alma en toda su gloria singular y esplendor junto a María, su esposa y su hijo Jesús,  de quien no cesa de alcanzar gracias y bendiciones con sus ruegos incesantes, que para Jesús las peticiones de su Padre son mandatos.       

22 de abril de 2014

Quién es San Anterus?



  San Anterus Nacio en Gracia  el 235. De la Magna Grecia. Elegido  Papa el 21.XII.235.

Se tienen pocos datos de su vida. Probablemente era de origen griego, nacido en Petilia Policastro, en la Magna Grecia, cerca de la actual Strongoli (Calabria). El Liber Pontificalis informa que fue martirizado bajo el emperador Maximino el Tracio por haber hecho recoger las Actas de los mártires por algunos notarios y haberlas hecho depositar en los archivos de la Iglesia de Roma. (235) De la Magna Grecia. Elegido el 21.XII.235. Fue enterrado en las Catacumbas de San Calixto, en Roma. Venerado como mártir, Antero fue canonizado en una fecha desconocida tras su muerte, y se le conmemora en la Iglesia Católica, la Iglesia ortodoxa, las Iglesias de rito oriental y la Iglesia anglicana. Su festividad es el 3 de enero.

21 de abril de 2014

CÓMO FUE EL II SÍNODO EXTRAORDINARIO EN EL PONTIFICADO DEL PAPA JUAN PABLO II. (1985).

Teniendo en cuenta que este domingo 27 de abril se canoniza al Papa Juan Pablo II, y tomando en cuenta también que tenemos interés en esto de los Sínodos Extraordinarios vamos viendo que sucedía en el mundo y en Roma en el año 1985:

10 de Enero Nicaragua Daniel Ortega, nuevo presidente

11 de Marzo URSS Mijail Gorbachov elegido nuevo secretario del Partido Comunista de la URSS.

7 de Abril URSS Se anuncia la suspensión del despliegue de misiles de alcance medio en Europa.

9 de Mayo Roma Se impone al teólogo brasileño Leonardo Boff la obligación de observar un “período de silencio” que le permita una “reflexión” seria.

15 de Mayo Ginebra La OMS advierte que el SIDA se está convirtiendo en una epidemia.

12 de Junio España Se firma el tratado de adhesión a la Comunidad Europea.

15 de Julio Nairobi Se inaugura la conferencia Mundial de la Mujer.

18 de Agosto Nairobi Juan Pablo II clausura el XLIII Congreso Eucarístico en Kenia.

12 de Noviembre Chile Los Obispos acusan al gobierno de Pinochet de terrorista.

19 de Noviembre Ginebra El Presidente Ronald Regan y el jefe de gobierno soviético Mijail Gorbachov se reúnen para negociar el desarme nuclear.

El Sínodo que Juan Pablo II convocó por sorpresa, el 25 de enero de 1985, celebrado a fines de ese mismo año resultó extraordinario en todos sus sentidos. Fue un llamamiento a volver a las fuentes del Concilio que, a su vez, había tenido el objetivo de volver a las fuentes de la fe. Acontecimiento vital para la Iglesia, preparado en once meses y vivido en quince días, dejó dos importantes documentos. El “Mensaje de la Iglesia y al Mundo” por una parte, y la Relación Expresión del compromiso y del espíritu del Sínodo, que dio un alto testimonio de convergencia y de unidad eclesial. De este Sínodo salió la petición del Catecismo universal.

Realmente fue un Sínodo profético: relanzó el Vaticano II en toda su plenitud. Comenzó, sin embargo, rodeado de una expectación inusitada.

· Acosado por más de seiscientos periodistas, que pensaban poder montar procesos sensacionalistas al “centralismo” de la Curia, al cardenal Ratzinger y hasta al Papa.

· Caldeado por los ataques del teólogo Hans Küng que había publicado una requisitoria feroz recogida en toda la prensa mundial.

· Los sectores progresistas llegaron a pedir un III Concilio.

· Hubo 11 de meses de polémicas desaforadas contra el Cardenal Ratzinger.

La opinión pública había quedado confundida y manipulada. Incluso algunos padres sinodales llegaron preocupados por temor a tensiones y conflictos. Pero ese ambiente de polémica y enfrentamiento no entró, en absoluto, en el aula del Sínodo.

Ya ves, querido lector, que en este tiempo que corre hoy, no se ve tan diferente de lo que en aquel entonces sucedió…. Y que el Papa Juan Pablo II como el Papa Francisco han enfrentado dificultades similares y por los mismos motivos….. convocar un Sínodo Extraordinario. En el siguiente capítulo que se titula “EL VIENTO DEL ESPÍRITU” veremos cómo fue que se realizó este maravilloso y todavía muy vigente II Sínodo Extraordinario, lleno de la presencia de Dios y de nuestro ahora próximo Santo Juan Pablo II……

Extracto de: “Juan Pablo II: Del Temor a la Esperanza. Tomo II págs..111. 176.


Josefina Rojo

20 de abril de 2014

Feliz Pascua 2014



Desde "Blogueros con el Papa" les deseamos una feliz y santa Pascua de Resurrección. Que el Señor les colme de su Gracia.

--oOo--

Esta es la noche que sacude conciencias,
quema los ídolos, despierta vocaciones,
alumbra virginidades, engendra esperanzas,
convierte en arados las espadas,
saca renacidos de las aguas,
alegra a los tristes, provoca adoradores,
descarga pistolas y derriba opresores.

Esta es la noche
que trae la Buena Noticia a los pobres,
abre los ojos de los ciegos,
libera a los prisioneros
y anuncia el perdón a los pecadores.

¡Sea bendito Nuestro Señor
que subiendo a la Cruz
y entrando en la muerte,
venció para siempre
los poderes del mal!

¡A gozar de la Luz...
rota la oscuridad...
victorioso de nuevo el Amor...!
(Exultet, San Ambrosio de Milán)

18 de abril de 2014

Personajes de la pasión: Dimas y Longinos

Dimas es el nombre con el que se venera en la Iglesia al Buen Ladrón; uno de los dos que condenaron y crucificaron con Jesús, uno a cada lado, para situarlo entre delincuentes, el mal ladrón recibe el nombre de Gesta. 

Dimas es el que se convirtió estando en la cruz y le dijo a Jesús: “Acuérdate de mí cuando estés en tu reino”. Y Jesús le contestó: “En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso”. El nombre Dimas, del griego dysmê, crepúsculo, no aparece en los evangelios, si lo hace en el Evangelio apócrifo de Nicodemo y en el Evangelio árabe de la infancia

San Anselmo recoge la leyenda que se forjó sobre el Buen Ladró, en donde se cuenta que había nacido en Egipto y que era un salteador de caminos, y que, habiendo matado a su padre, era salteador de caminos, actuando en la región por donde pasó la Sagrada Familia en su huida a Egipto.

Dimas detuvo a María y José, que iban con el Niño. Al verles Dimas tan pobres y apurados, y conmovido por la belleza de la Virgen, no sólo no les quitó nada, sino que les proveyó para el largo camino. 

La cruz en que murió, se conservó largo tiempo en la isla de Chipre; el travesaño está en Roma, en la iglesia de la Santa Cruz. 

En el Triunfo de Tiziano y en el Juicio de Miguel Ángel, ocupa lugar preferente el Buen Ladrón. Está representado también en una vidriera de la catedral de Bourges.

Longinos

Los evangelios nos cuenta que “uno de los soldados atravesó con una lanza el costado de Jesús, y en seguida salió sangre y agua”. (Evangelio de San Juan, 19, 34). También nos dicen que el centurión que mandaba la guardia al oír el último grito de Jesús en la cruz exclamo, “verdaderamente éste era hijo de Dios” (evangelio de San Marcos, 15, 39). Una antigua tradición, vinculada a Cesarea de Capadocia, une al soldado que traspasa el corazón de Cristo y al centurión, dándole el nombre de Longino y haciéndole oriundo de Sandrales en Capadocia. 

Para el Martirio legendario griego en la persona de Longino coincidiría también el capitán que mandaba la guardia que custodiaba la tumba de Jesús. En esta misma línea el Martirologio romano conmemora, 16 de octubre, a Longino como el centurión, o capitán de la guardia, y el soldado que traspasó el corazón de Cristo

El nombre de Longino, que procede de la palabra griega longke, lanza, no figura en el evangelio de San Juan, sino en el evangelio apócrifo de Nicodemo, también conocido como Hechos de Pilatos, en el que, además, se menciona a los ladrones crucificados junto a Jesús: Gestas y Dimas. La piedad cristiana ha intentando crear o recrear la figura de Longino, resultado de la fusión de dos personajes de la narración del Calvario, el lancero y el centurio. Así tenemos que la Revelación a Ana Catalina Emmerich obre Longino, recogiendo tradiciones medievales, la Leyenda Dorada, nos dice que el centurión era un joven de unos 25 años de edad, un poco débil y nervioso, que tenia problemas graves de la vista. La mayoría de los soldados se burlaban de el, al verlo tan débil físicamente. El fue iluminado por la gracia de Dios, para sentir compasión de las santas mujeres que se encontraban presente al pie de la Cruz, que sufrían pensando que Jesús todavía estaba vivo sufriendo dolores espantosos. Longino quería mostrarles, que Jesús estaba realmente muerto, para que se tranquilizaran, y consolarlas un poco.

Sin darse cuenta fue instrumento, para que la profecía se cumpliera. Busco una lanza que estaba cerca y con ella traspaso el costado de Nuestro Señor. Llego a traspasar su Corazón físico.

Según los evangelios apócrifos, Longino, cuando sacó la lanza del costado de Cristo, fue rociado por él agua y la sangre que brotaron del costado del Señor, lo cual fue visto como una gracia similar a la del Bautismo. Gracia y salvación entraron en el alma de Longino. En este momento se arrodillo pidiendo perdón en público por sus pecados, proclamando que creía en la Divinidad de Jesús. Longino fue sanado de la enfermedad de sus ojos, y empezó a ver perfectamente. 

Longino, que traspasó el corazón de Jesús y fue sanado y convertido, dejó el ejército, se fue a Capadocia, donde predicó el evangelio y donde habría sido el primer obispos, siendo martirizado por la fe bajo Bajo Pilato (Tradición griega recogida por San Gregorio de Nisa).

Al hecho de haber sido curada su enfermedad de la vista por el agua y la sangre del costado de Cristo se le ha dado un valor simbólico. Longino estaría representando a los paganos que abrieron sus ojos a la luz de la fe, en contraposición a Stephaton, el portaesponja que encarnaría a los judíos que se obstinan en el error y no reconocen en Cristo al Mesías.


Javier de la Cruz

17 de abril de 2014

¿DERECHOS HUMANOS?



Es tan importante ayudar como dejar que te ayuden. A la hora de evangelizar sólo pensamos en ayudar y servir, pero, ¿y los que son servidos? ¿No son ellos parte importante y necesaria para que el servicio se pueda dar y el amor cristalizar? Darnos cuenta de esa realidad nos pueda ayudar mucho.

Es la misión de los pobres, dar la oportunidad a otros de poder servir, de poder ayudar, de poder darse en amor. Es el descubrimiento de la comunidad, la necesidad de vivir comunitariamente para tener la posibilidad de hacerte amor. Y te haces cuando sirves, cuando entregas tu esfuerzo, tu trabajo, tu servicio...

Los derechos humanos hunden sus raíces en esa fuente del corazón del hombre. Buscar la verdad es el camino de todos los pueblos, y tratar de que la paz y la justicia reine en la convivencia y fraternidad de las naciones es finalidad de todo gobierno y estado. Si eso es así, y lo es porque nadie lo niega, ¿cómo es que no se intenta cumplir? ¿Cómo es que se excluye a los más indefensos y pobres? ¿Por qué se mata de forma impune a los más débiles? ¿Cómo se permite el aborto y la eutanasia?

La realidad descubre que no hay buenas intenciones y que detrás de esta aparente verdad se esconden segundas intenciones corrompidas, perversas, egoístas que intentan manipular y convertir el mundo en un eden para sus intereses. Lo que quizás ignoran es que ese eden tiene sus días contados y es caduco y vacío.

Están aparentemente despiertos, pero no ven y se encaminan al precipicio de su propia vida. Sólo encontrarán vacío y sin sentido.

16 de abril de 2014

SAN JOSÉ ESCUCHADOR DE LA PALABRA DE DIOS

Si la Cuaresma es el tiempo aceptable y apto para escuchar la Palabra de Dios, la Semana Santa lo es de una manera especial. Y es que es el tiempo en el que la Palabra de Dios habla con más fuerza, con más capacidad de transformar los corazones. La Palabra de Dios que habla es Jesucristo, y lo es especialmente en esta semana santa, porque la Palabra de Dios no habla solo con palabras, habla, sobre todo, con hechos con las acciones de su vida y ¿Qué acciones podemos encontrar que hablen con más elocuencia, vehemencia y persuasión que los hechos de su sacratísima y horrorosa  pasión, culminadas con la muerte en la cruz por amor, que no hay mayor amor que ese? ¡Cómo nos golpean estas palabras de Dios por medio de su Hijo Jesucristo! Escucharlas, acogerlas con amor para vivirlas es nuestra salvación y santificación
            Y el modelo para escuchar la Palabra de Dios, después de su esposa María, es San José. No sería imprudente ni ligero pensar que Jesús, cuando dice que más bien bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la viven, tenía en mente a su Madre María y a su padre san José. Realmente San José es un modelo de  escuchar la Palabra de Dios. San José, sin duda, ha leído y meditado la escena del pequeño Samuel: Habla, Señor, que tu siervo escucha (1Sam 3,11) y la hizo lema de su vida. San José es un hombre escuchador de la Palabra de Dios en silencio. La escucha y la acoge, porque en la terminología bíblica escuchar significa y entraña acoger, obedecer, hacer suya en la vida y como principio y norma de su conducta la Palabra de Dios. (Rom 5,19): Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero (Sal 118,105).
San José está siempre en actitud de escucha. Vive su vida al hilo de la palabra de Dios, de la llamada del Señor. El emperador romano  promulga un edicto en el que manda que todo varón judío tiene que empadronarse en su ciudad de origen. San José se adelanta a lo que dirá más tarde San Pablo: “someteos en todo a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no venga de Dios” (Rom 13,1), y obedece la orden del emperador porque ve en ella las llamada de Dios, y con su esposa María se pone en camino hacia Belén, la casa del pan, donde ha heredado y detenta algunas posesiones. San José escucha en la orden del emperador romano la palabra de Dios.
Veámosle una vez más en la prueba de la noche oscura cuando vio a su esposa esperando un hijo sin saber de donde venía. Su actitud en esta prueba es la que dice el salmo: Si el afligido me pide yo lo escucho. Afligidísimo, pone toda su confianza en Dios. Y en su angustia le repite: Habla Señor, que tu siervo escucha y el Señor que no se hace esperar lo escuchó y le libró de sus angustias: José, hijo de David, no temas tomar a María tu esposa en tu casa. Y José, al instante, acogió  a María con el fruto que llevaba en su vientre.. Se hizo gozosamente cargo de ellos, y desde ese momento su misión es servir a la madre y al niño que nacerá de ella. Consagra totalmente su vida a esta misión salvadora porque así se lo ha dicho el Señor.  
A poco de nacer el Niño Herodes le busca para matarlo. El Señor avisa a San José en sueños para que lo salve huyendo a Egipto. Sin pérdida de tiempo, lo prepara todo,.toma a la madre y al niño y se pone en camino a una nación extranjera, sin otra luz ni guía sino la que en su corazón ardía, confiándolo todo gozosamente a la providencia de Dios Padre. Él proveerá. Y Dios proveyó. Pues todo salió  a pedir de boca,.tanto a la ida como en la estancia larga en Egipto. No hay nada mejor que escuchar y acoger la palabra de Dios, prestarle el obsequio de la fe pura y entera que, como dice San Juan de la Cruz, enamora la mismo Dios (CE 31,3).
Después de un tiempo largo de estancia en Egipto el Señor le avisa por medio del ángel que puede volver a la tierra de Israel y la Sagrada Familia vuelve gozosa y alegre porque vuelve a su tierra y a su pueblo. La alegría de establecerse de nuevo en Belén se vio turbada al enterrarse que en Judea, donde se asienta Belén, reina Arquelao, hijo de Herodes  y tan cruel como su padre, y advertido por el ángel se dirige a Nazaret, en la región de Galilea, donde se establece y monta su taller de carpintería. Se hizo vecino de Nazaret, donde había vivido anteriormente al nacimiento de Jesús y de donde partió para empadronarse en Belén (Lc 2,39) para que allí naciese Jesús..
Cuando sus padres  encuentran a sufijo Jesús en el templo en medio de los doctores y la madre le dice ¿Por qué has hecho así cono nosotros? Mira que tu padre y yo angustiadísimos te buscábamos, y el les responde:. No sabíais que tengo que estar en las cosas de mi Padre? Ellos no comprendieron nada, pero acogieron la palabra del Hijo y la guardaron en su corazón. José y María meditaban en su corazón  no solo las palabras que comprendían sino también las que no entendían. Lámpara es tu palabra para mis pasos- Y el no entenderlo (unas palabras del Cantar de los Cantares) es para ella un gran regalo, porque las cosas de Dios que no se entienden le hacen tener más respeto a su Dios que las entiende fácilmente. (Santa Teresa).
Sobre todo José escucha la Palabra de Dios en su convivir diario con Jesús. Él es la Palabra de Dios. Y José escucha esa Palabra en sus palabras y en sus coacciones que ve todos los días. Y ante las que más de una vez debió quedar maravillado, sin comprender su actuar, pero sabiendo que eran las  acciones del que viene a salvar a su pueblo de sus pecados.
Muchas veces debía quedar pasmado ante las palabras misteriosas que escuchaba de la boca Jesús y ante las acciones sorprendentes que veía en su. comportamiento. Fueron muchos los años que convivieron en Nazaret en una familiaridad y amistad muy íntima.
San José sigue siendo el escuchador incansable de sus devotos. Baste recordar el caso de santa Teresa , su mayor devota, a la que siempre escuchó en sus peticiones  y en su dialogar por amor con él..  


                                               P. Román Llamas ocd

15 de abril de 2014

¿Quién es San Ponciano?


El “Liber Pontificalis” (ed. Duchesne, I, 145) dice que  Nació en Roma. Elegido el 28.VIII.230, murió el 28.IX.235. Ordenó el canto de los Salmos y la recitación del confiteor Deo antes de morir y el uso del saludo Dominus v obiscum. Deportado y condenado a las minas en Serdeña. Murió de sufrimientos en la isla de Tavolara.  y que su padre se llamaba Calpurnio. Con él comienza la breve crónica de los obispos romanos del siglo III, de la cual hizo uso el autor del Catálogo Liberiano de los Papas en el siglo IV y que da información más exacta sobre la vida de los Papas. Según este relato Ponciano fue electo Papa el 21 de julio de 230 y reinó hasta el 235. El cisma de Hipólito continuó durante su episcopado; hacia el final de su pontificado hubo una reconciliación entre el partido cismático y su líder con el obispo romano. Después de la condena de Orígenes en Alejandría (231-2), se celebró en Roma un sínodo, de acuerdo a San Jerónimo (Epist. XXXII, IV) y Rufino (Apol. contra Hieron., II, XX), que estuvo de acuerdo con las decisiones del sínodo alejandrino contra Orígenes; sin duda este sínodo fue convocado por Ponciano (Hefele, Konziliengeschichte, 2nd ed., I, 106 sq.).


En 235, en el reinado de Maximino el Tracio comenzó una persecución dirigida principalmente contra los jefes de la Iglesia. Una de sus primeras víctimas fue Ponciano, quien con San Hipólito fue desterrado a la malsana isla de Cerdeña. Para hacer posible la elección de un nuevo Papa, Ponciano renunció el 28 de septiembre de 235, dice el Catálogo Liberiano “discinctus est”. Consecuentemente, Antero fue elegido en su lugar. Poco antes de esto o poco después Hipólito, quien había sido desterrado con Ponciano, llegó a reconciliarse con la Iglesia Romana, y con esto terminó el cisma que él había ocasionado. Se desconoce cuánto tiempo Ponciano soportó los sufrimientos del exilio y el duro trato en las minas de Cerdeña. De acuerdo con antiguos y ya inexistentes Actas de mártires, utilizadas por el autor del “Liber Pontificalis”, murió como consecuencia de las privaciones y el trato inhumano que había tenido que soportar.

14 de abril de 2014

El Abrazo de la Iglesia

“LA FAMILIA VISTA COMO UN ABRAZO IDEAL, ENTRE EL SÍNODO EXTRAORDINARIO DE OCTUBRE 2014 Y EL SÍNODO GENERAL DEL 2015. UN RECORRIDO ORIGINAL QUE VE IMPLICADOS E INTERPELADOS A TODOS LOS COMPONENTES ECLESIALES Y MÁS AÚN. EN LA ELECCIÓN DE LA FAMILIA, CON SUS DESAFÍOS INÉDITOS Y GRANDES RECURSOS, LA IGLESIA RESPIRA A PLENO PULMÓN, POR SÍ MISMA Y POR TODA LA HUMANIDAD” (Pontificio Consejo para la Familia)

La Iglesia siempre ha sido la custodia y defensora de la familia, en ella formamos una gran familia, la de los hijos de Dios, ella, la Iglesia es Madre y Maestra, Casa de Comunión. 

Todas estas definiciones las hemos escuchado una y otra vez en diferentes contextos pero siempre nos han dado esa seguridad de no caminar solos, de no andar a tientas sino siempre acompañados por la Iglesia que hoy en este año 2014, y 2015 centra toda su atención, todo su amor y preocupación por la familia, mi familia, tu familia, nuestra familia. 

Sabemos que en este momento de la historia, como nunca, la familia es atacada en sus cimientos y muchos caen en falsas concepciones de familia, a cualquier unión de cualquier tipo se le llama familia…. Y muchos se ven confundidos y en esa confusión llegan a distorsionar su vocación al matrimonio y a la formación de la familia. Es por eso tan importante que como creyentes seamos congruentes, que no vayamos poco a poco cediendo en errores, en visiones más o menos adaptadas para no quedar mal, para poder estar “a la altura” de tantas corrientes ideológicas que nos fumigan si levantamos la voz en defensa de la familia, de la vida, del matrimonio.

Podríamos hacernos un pequeño examen de conciencia de cómo vivimos nuestros criterios sobre la familia:

¿Qué actitudes tomo cuando se habla mal del matrimonio o se hacen malas bromas al respecto?

¿He distorsionado, desvalorizado la responsabilidad de educar a los hijos en los valores cristianos, y me conformo con los “valores” institucionales que no me comprometen?

¿Me parece normal y justificable que los jóvenes inicien su vida juntos sin unirse en matrimonio?

¿Me deja indiferente que las familias se alejen de la Iglesia?

Puedes agregar más preguntas a este pequeño examen de conciencia…..

Este año 2014 y luego el 2015 serán muy importantes para la familia. Estemos al pendiente de todo lo que en la Iglesia se nos anuncia, se nos propone, sobre todo busquemos como familia encontrar momentos de oración, de convivencia, de conversación sana que nos una y sepamos darnos apoyo y confianza unos a otros.


“EL EVANGELIO DE LA FAMILIA ES LA BUENA NOTICIA DEL AMOR DIVINO QUE ES PROCLAMADA A TODOS LOS QUE VIVEN ESTA FUNDAMENTAL EXPERIENCIA HUMANA PERSONAL, DE PAREJA Y DE COMUNIÓN ABIERTA AL DON DE LOS HIJOS, QUE ES LA COMUNIDAD FAMILIAR. EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA SOBRE EL MATRIMONIO ES PRESENTADO Y OFRECIDO DE FORMA COMUNICATIVA Y EFICAZ, PARA QUE TOQUE LOS CORAZONES Y LOS TRANSFORME SEGÚN LA VOLUNTAD DE DIOS MANIFESTADA EN CRISTO JESÚS.” (Pontificio Consejo para la Familia)

Josefina Rojo

11 de abril de 2014

La Señal de la Cruz

San Pablo en sus cartas hace contínuas alusiones a la cruz, ya como motivo de gloria para el cristiano, ya como emblema de la redención humana. En el libro del Apocalipsis se nos habla del signo con que fueron marcados los elegidos, con el siglo del Cordero, Cristo. En el catecismo se nos enseñaba que la señal del cristiano es la Santa Cruz, porque es el emblema de Cristo crucificado, que nos redimió en la Cruz. Y así ha sido desde los primeros tiempos del cristianismo. Ya a comienzos del siglo III un autor cristiano del norte de África, Tertuliano, reconocía que los cristianos utilizan el signo de la cruz en todo momento: A cada paso y a cada movimiento, cuantas veces entramos y salimos, al vestirnos o calzarnos, en el baño, en la mesa, al encender la lámpara, al acostarnos, al sentarnos, en cualquier cosa que nos empleemos, marcamos nuestras frentes con la señal de la cruz. Y a mediados del siglo III el obispo de Cartago, San Cipriano, animaba a los mártires diciéndole: Sea tu frente fortalecida, que la señal de Dios sea conservada intacta. San Cirilo, obispo de Jerusalén pedía sus feligreses: No nos avergoncemos, pues, de confesar al Crucificado. Sea la cruz nuestro sello, hecho por nuestros dedos, con resoluciones, sobre nuestra frente y sobre toda cosa; sobre el pan que comemos y las copas en que bebemos, en nuestras entradas y salidas, antes de nuestro sueño, al acostamos y le­vantárnos, cuando caminamos y cuando descansamos. El poeta hispano recomendaba que cuando el sueño te llame y te dirijas a tu casto lecho, la señal de,la cruz fortalezca tu frente y tu corazón. Como podemos ver, desde los primeros tiempos cristianos se usaba la cruz com,o signo de Cristo, al comienzo de todas las actividades: al salir y volver de casa, al comenzar a come, al retirarse a descansar.

A lo largo de la Edad Media los concilios diocesanos recomendaban a los sacerdotes que procuren que los muchachos de sus parroquias sepan la oración dominical, el Padrenuestro, el credo y la salutación a la Santísima Virgen, lo que hoy denominamos el Avemaría, y cómo se han de persignar debidamente.

El catecismo nos enseñaba que hay dos formas de usar la señal de la cruz que son signar y santiguar, y nos daba la explicación. Signarse es hacer tres cruces con el pulgar de la mano derecha; la primera en la frente; la segunda en los labios; la tercera en el pecho, hablando con Dios Nuestro Señor. Por el contrario santiguase es hacer una cruz con los dedos de la mano derecha de la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo hasta el derecho, invocando a la Santísima Trinidad. Al santiguarse, ya desde los tiempos medievales, se le dio distintos significados, pero el más extendido es el trinitario: invocamos a la Stma. Trinidad con estas palabras: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, nombrando al Padre cuando tocamos la frente, al Hijo cuando tocamos el pecho y al Espíritu Santo cuando pasamos de un lado al otro. Al signarse o persignarse, el hacer una pequeña señal de la cruz, con el pulgar sobre frente, labios y pecho, con las palabras: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros + enemigos, líbranos, Señor + Dios nuestro, se le dio el significado de pedir la protección divina contra los enemigos del cristianos, como recoge uno de los catecismos o manuales de la doctrina cristiana, que aunque del siglo XVI ha sido muy popular hasta nuestro tiempos: Todo fiel cristiano-está muy obligado a tener devoción de todo corazón a la santa Cruz de Cristo nuestra Luz, pues en ella quiso morir-que nos redimir de la cautividad de nuestro pecado, Y del enemigo malo y por tanto, te has de acostumbrar a signar y santiguar haciendo tres cruces. La primera en la frente la, Porque nos libre Dios de los malos pensamientos. La segunda en la boca porque nos libre Dios de las malas palabra. La tercera en los pechos porque nos libre Dios de las malas obras y deseos.


Javier de la Cruz



9 de abril de 2014

SAN JOSÉ EL VARÓN JUSTO

El calificativo de justo se lo da el Espíritu Santo por medio del evangelista san Mateo y con ese calificativo le declara perfecto y heroico en todas las virtudes, le canoniza.
            El término justo lo encontramos muy utilizado ya  en el A. T. tanto referido a Dios como a una clase de hombres que participan de esa cualidad de  o atributo de Dios. Dios es justo. Padre justo le llama Jesús en la oración sacerdotal junto a Padre santo (Jn 17, 25.11) Justo, aplicado a Dios, significa misericordioso, hace justicia a los huérfanos y a las viudas, bueno, fiel, compasivo, salvador. Un autor, al leer Romanos 3.25 escribe “¿Sospecha el cristiano culto que la justicia revelada por Dios en Jesucristo es exactamente su justicia salvífica, es decir, su misericordiosa fidelidad?” (Dehscamps). La justicia de Dios es, sobre todo, el amor, la gracia, la salvación de Dios para con todos especialmente con los pobres y oprimidos (Cfr. Sal.40, 10-11; Sal 65,6.9; Is 45,8; Sal 111,4; Sal 112,4-6). En el salmo 103, considerado como una de las perlas del Salterio por su altura teológica y por su amorosa espiritualidad sublime y extra, que tiene como hilo teológico espiritual inspirador y conductor el DIOS ES AMOR, viene a identificarse justicia con misericordia y amor. En pocos salmos se habla tan inefable e insistentemente de la bondad, ternura, fidelidad, amor y justicia de Dios. En él encontramos en esta línea este verso: “La benignidad, el amor de Yahvé perdura de eternidad en eternidad sobre los que le temen, su justicia para los hijos de los hijos” Sal103, 17). La justicia es amor.
            Los términos justo y justicia son términos clave, central y fundamental en el evangelio de san Mateo .Se lo aplica a Jesús, el Justo por excelencia (Mt 27,43) Es un término mateano y se refiere a la dimensión interna, a la intención y actitud básica en la motivación interior, se refiere a polarizar desde el amor todas las fuerzas buscando limpiamente la voluntad del Padre del cielo. Justicia en san Mateo es la reordenación táctica de toda la existencia humana encauzada vital y dinámicamente en actitud y actos a hacer la voluntad del Padre que está en los cielos. La equivalencia más evangélica de la justicia es la fórmula: Hacer en todo la voluntad del Padre (Mt 17,21). Según esta significación la vida de Cristo, que hizo en todo la voluntad de su Padre, es el vértice al que se llega por la cuarta bienaventuranza: Bienaventurados los misericordiosos… Compara Mateo 3,15: conviene que se cumpla toda justicia con el texto de Juan, 4,3: Mi manjar es hacer la voluntad de mi Padre. Ser justo significa: hacer en todo la voluntad de Dios Padre, pero con una connotación especial de misericordia, amor, compasión, bondad. Ser justo expresa el compendio de todas las virtudes y la suma de todas las perfecciones cristianas, una santidad en grado sumo
            Este es San José, el justo. Así lo han entendido los santos Padres de la Iglesia. “¿Queréis saber porque José es llamado justo? Porque posee la perfección de todas las virtudes” (San Máximo). “por justo hay que entender aquí que es en todo virtuoso…Siendo, pues, José justo, es decir, benigno y moderado –el término griego epieikes, usado aquí por el santo, encierra la idea de bueno, bondadoso y amable, indulgente y misericordioso- quiso despedirla secretamente…Ahí tenéis a un varón filósofo, libre de la más tiránica de las pasiones (los celos)…su conducta se levanta ya por encima de la ley,--de ahí  también que José diera muestras de la más alta filosofía, pues ni acusó, ni deshonró a la Virgen, sino que solo trató de despedirla de su casa en secreto” (San Juan Crisóstomo).
            Y es que a san José, por un privilegio especial, Dios le había borrado el fomes peccati, preservándolo así de todo pecado, como afirman los teólogos josefinos y autores espirituales, como san Francisco de Sales. San Agustín dice que todos los santos deben decir: perdona nuestras deudas, pero reconoce que Dios puede, si le place, por vía de excepción y de privilegio “extinguir enteramente la vetustez del hombre viejo, la cual le hace pecador, y revestirle de incorruptibilidad ya en esta vida, de manera que contemple a Dios presente en todo, como los santos le contemplan en el cielo, pero sin ningún velo” (De spiritu et litera, XXXVI. 66). Es el privilegio que ha concedido a la Virgen María y san José. Por eso en la casa de Nazaret no había lugar para el pecado.
            Del alma que ha sido transformada en el amor del Amado –de mi Amado bebí-  escribe San Juan de la Cruz: “Está el alma en este punto en cierta manera como Adán en la inocencia, que no sabía qué cosa era mal; porque está tan inocente que no entiende el mal ni cosa juzga a mal…,porque no tiene en sí hábito de mal por donde lo juzgan, habiéndole Dios raído los hábitos imperfectos y la ignorancia, en que cae el mal de pecado con el hábito de la verdadera sabiduría” (CE 26,14).Con mucha más razón podemos afirmar esto de san José que, como esposo de María y padre de Jesús, desde el seno materno estaba santificado y subido a este singular estado de transformación en Dios, dándole más que a ningún otro el hábito perfecto de la verdear sabiduría y en todo era guiado por el Espíritu santo, como su esposa María.
            Como en otro tiempo el sol y las estrellas se inclinaron delante del José del A.T para honrarle, así todos los santos y dignidades del cielo y de la tierra caen a los pies de san José para glorificarlo. Después de Jesús y María y junto a ellos, san José es el justo y santo por excelencia..
             

                                                           P. Román Llamas ocd 

8 de abril de 2014

¿Quién fue el Papa Alejandro I?

San Alejandro I, Roma, (105-115) Romano. Elegido en 105. Murió en el 115, fue discípulo de Plutarco. Se le atribuye la institución del agua bendita en las iglesias y en las casas y la disposición de que la ostia fuera hecha exclusivamente con pan ácimo.

San Ireneo de Lyons escribe de él en el último cuarto del siglo II, considerándolo el quinto Papa en la sucesión de los Apóstoles, sin embargo no dice nada de su martirio. Su pontificado es fechado diversamente por los críticos, ejemplo. 106-115 (Duchesne) o 109-116 (Lightfoot). Se cree que su pontificado duró aproximadamente diez años, en la antigüedad cristiana (Eusebio, Hist. Eccl. IV, i,) y no hay razón para dudar que estuvo en el "catálogo de obispos" incorporado en Roma por Hegesipo (Eusebio, IV, xxii, 3) antes de la muerte del Papa Eleuterio (c. 189).

Según una tradición existente en la Iglesia romana al final del siglo V y registrada en el Liber Pontificalis, sufrió muerte de mártir, por decapitación, en la Vía Nomentana, en Roma un 3 de mayo. La misma tradición declara que fue romano por nacimiento y rigió la Iglesia durante el reinado de Trajano (98-117). Le atribuyen también, aunque sin precisión, la inserción en el canon de Qui Pridie, o palabras conmemorativas de la institución de la Eucaristía, ciertamente primitivas y originales en la Misa.

También se dice, que él ha introducido el uso de agua bendita, mezclada con sal para purificar a casas cristianas de las malas influencias (constituit aquam sparsionis cum sale benedici in habitaculis hominum). Duchesne (Lib. Pont., I, 127) llama la atención, por la persistencia de esta primitiva costumbre romana como forma de bendición en el Sacramentario Gelasiano y que recuerda muy fuertemente a la actual plegaria de Asperges, al comienzo de la Misa. En 1855, se descubrió un cementerio semisubterráneo de los mártires Santos: Alejandro, Evéntolo, y Teódolo, cerca de Roma, en el sitio donde, la antedicha tradición, declara haber sido martirizado el Papa. Según algunos arqueólogos, este Alejandro es el mismo Papa, y esta antigua e importante tumba señala, de hecho, el lugar de su martirio.

Duchesne, sin embargo (op. el cit., I, xci-ii) niega la identidad del mártir y el Papa, mientras admite que la confusión de ambos personajes es de antigua data, probablemente anterior al principio del siglo VI cuando el Liber Pontificalis fue primeramente compilado [Dufourcq, Gesta Martyrum Romains (París, 1900), 210-211]. Las dificultades levantadas en tiempos recientes por Richard Lipsius (Chronologie der romischen Bischofe, Kiel, 1869) y Adolph Harnack (Die Zeit des Ignatius u. die Chronologie der antiochenischen Bischofe, 1878) concerniente a los primeros sucesores de San Pedro, son discutidas y refutadas hábilmente por F. S. ( Cardenal Francesco Segna ) en su De successione priorum Romanorum Pontificum (Roma 1897); con mesura y saber por el Obispo Lightfoot, en su Padres Apostólicos: San Clemente (Londres, 1890) I, 201-345 - y especialmente por Duchesne en la introducción a su edición del Liber Pontificalis (París, 1886) I, i-xlviii y lxviii-lxxiii. Las cartas atribuidas a Alejandro I por Pseudo-Isidore pueden observarse en P. G., V, 1057 sq, y en Hinschius,Decretales Pseudo-Isidorianae" (Leipzig, 1863) 94-105.

Se dice que sus restos han sido transferidos a Freising, en Bavaria, en 834 (Dummler, Poetae Latini Aevi Carolini, Berlín, 1884, II, 120). Sus así llamadas Actas no son genuinas, y fueron compiladas en una fecha muy posterior. (Tillemont, Mem. II, 590 sqq; Dufourcq, op. cit., 210-211).

Brandon Carvajal

7 de abril de 2014

LA SAGRADA FAMILIA EN EL SÍNODO.


El día de la Sagrada Familia, cayó en domingo…. Y el Papa Francisco en el Angelus, en la Plaza de San Pedro, nos habló de la familia con esa simplicidad que lo caracteriza, entro otras cosas dijo: Hoy, nuestra mirada a la Sagrada Familia se deja atraer también por la sencillez de la vida que ella lleva en Nazaret. Es un ejemplo que hace mucho bien a nuestras familias, les ayuda a convertirse cada vez más en una comunidad de amor y de reconciliación, donde se experimenta la ternura, la ayuda mutua y el perdón recíproco. “Dejarnos atraer” esa es la clave, no inventarnos nuestro modo de ser familia, sino dejarnos atraer por el ejemplo de José, María y Jesús.

También hizo el anuncio del Sínodo y además nos regaló una oración. Invitó a los miles de presentes y a quienes lo seguimos por tv a recitarla junto con él. Esta oración nos va a servir para que la vayamos haciendo, si es posible, cada día. 

El Sínodo Extraordinario de la Familia dará mucho de qué hablar, ya está dando de qué hablar.

Unos hablan mal, porque son como decía el Papa Beato Juan XXIII profetas de desastres. Otros lo miran con precaución y otros nos alegramos porque sabemos que el Papa y los Obispos están preparándose para dar respuesta a la Iglesia y al mundo según el querer de Dios. Muchas veces pensamos que esas cosas suceden allá en Roma y somos solo espectadores y receptores de lo que venga, pero en la Iglesia no es así, todos somos protagonistas porque el Espíritu Santo sopla en todos con su poder. Unos aportarán su sabiduría, experiencia, teología, pastoral etc. y todos juntos aportaremos algo importantísimo e imprescindible: LA ORACIÓN.

Vamos pues a orar, no solo por la realización del Sínodo Extraordinario, oremos también por cada una de las familias del mundo….. oremos con alegría, oremos con confianza, con paz…. El Señor nos está preparando algo muy bueno…. Pero muy bueno.

ORACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA

Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.

Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.

Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.

Santa Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
haga tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,



Amén.

Josefina Rojo

4 de abril de 2014

La Biblia

La Biblia, la Sagrada Escritura, como piadosamente la conocemos, es una creación ya lejana en el tiempo de gente del antiguo pueblo de Israel y de la primitiva Iglesia. Como creyentes afirmamos la Biblia nos revela lo que Dios ha comunicado a los hombres y ha hecho por ellos. Por eso cuando recitamos el credo confesamos que “el Espíritu Santo habló por los profetas”, que es tanto como decir que, a través de mediadores humanos, habla en lenguaje humano, por eso Jesucristo, al que vieron y oyeron los apóstoles, su vida, su mensaje, es la palabra definitiva de Dios.

La palabra es el medio normal de comunicarse que tenemos los humanos, por eso no es extraño que Dios acepte la palabra como medio de acercase al ser humano. Por la palabra salimos de nosotros mismos y nos acercamos a los demás. Por la palabra me doy al otro a la vez que espero que el me reciba y me descubra su misterio. Sin palabra no hay comunicación y los humanos permanecen alejados los unos de los otros. Si la palabra es donación reclama por parte del otro la atención, la actitud de escucha. Escuchar en el fondo es ofrecer hospitalidad a aquel que me dirige su palabra y se me entrega en ella. El creyente es un verdadero oyente de la palabra, sabe escuchar a Dios allí donde Dios nos ha hablado, en la naturaleza, en la historia, en Jesús, donde nos lo ha dicho todo acerca de sí mismo, él es al que tenemos que escuchar.

A comienzos del siglo XX Paul Claudel afirmaba que “el respeto hacia la Sagrada Escritura no tiene límites: se manifiesta sobre todo estando lejos”.

Debemos tener presente que durante siglos entre los católicos, más concretamente entre los laicos, se dio una cierta lejanía respecto a la Sagrada Escritura, no estaba bien visto que un laico leyese la Biblia. Cosa que quedaba reservada a los clérigos, sería por eso que doctores tiene la santa Madre Iglesia, y que llevaría al poeta León Felipe a hablar del secuestro del salmo: “Y siempre me preguntó al entrar en las iglesias: ¿dónde estará el salmo?, ¿dónde le habrán escondido los canónigos?”

En este alejamiento de los fieles frente a la Biblia juegan distintos factores. Hay que tener en cuenta que hasta bien época contemporánea era sólo minoría la que sabía leer y escribir, y la lectura es indispensable para tener un acercamiento directo al texto bíblico. Debemos señalar como causa del alejamiento de la Biblia el precio prohibitivo de los libros, que son caros y no estaban al alcance de todos, y la Biblia es un libro, o con junto de libros. No hay que dejar en el olvido que a partir de la Edad Media se dio una cierta desconfianza de la jerarquía eclesiástica hacia la lectura de la Biblia por parte de los laicos, el mundo del espíritu queda reservado a clérigos y monjes, mientras que el laicos tiene por tarea las cosas del mundo, el trabajo cotidiano. San Juan Crisóstomo en su Homilía sobre San Mateo sale al paso de este alejamiento del pueblo de la Escritura. Frente a aquellos que decían: “No es asunto mío el conocer a fondo la Escritura, sino de los que están separados del mundo y viven en las cumbres de los montes”, Juan Crisóstomo afirmaba que “lo que ha echado todo a perder es que pensáis que la lectura de las divinas Escrituras conviene sólo a los monjes, cuando a vosotros os es más necesaria que a ellos. A los que se revuelven en medio del mundo, a los que día tras día reciben heridas, a ésos más que a nadie son necesarias las medicinas. Así, peor que no leer las Escrituras, es pensar que su lectura es cosa ociosa. Tal excusa es de satánica malicia”.

Esta desconfianza se va a mantener a raíz de la Reforma protestante que promovía el contacto directo de todo creyente con la Sagrada Escritura, lo que llevará a en la Iglesia católica que los papas Pablo IV, 1559, y Pío IV, 1564, al promulgar el índice de libros prohibidos, prohibiese imprimir y tener biblias en lengua vulgar, a no ser con un permiso especial. Esto es lo que nos explica el cabreo que se cogió santa Teresa cuando prohibieron las versiones de la Biblia en la lengua vulgar, la del pueblo. La pasión que ella siente por la lectura de la escritura, más concretamente por el evangelio, traduce el enamoramiento que siente por la persona del mismo Jesucristo. Para ella esa prohibición era como haber perdido al mismo Señor, y es, como ella dice, “siempre he sido aficionada y me han recogido más las palabras de los evangelios que libros muy concertados”


El Vaticano II fue toda una revolución en cuanto al aprecio que recomienda tener a la Sagrada escritura. En la constitución dogmática Dei Verbum se afirma la Iglesia, lo mismo que ha hecho con el cuerpo y sangre, la Eucaristía, ha venerado siempre la Sagrada Escritura, sobre todo en la liturgia. En el capítulo VI de esta misma constitución, que lleva por título La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia, enuncia un principio fundamental: “Toda la predicación de la Iglesia, como toda la religión cristiana, se ha de alimentar y regir con la Sagrada Escritura”. A continuación aplica este principio, recomendando la traducción de la Biblia a las lenguas modernas, la lengua del pueblo, a partir de los textos originales y, si es posible, en colaboración ecuménica. Afirma la necesidad de profundizar en el estudio de los textos sagrados por parte de los exegetas y señala la importancia de la Sagrada Escritura en la teología: “la Escritura debe ser el alma de la teología”. Recomienda la lectura de la Sagrada Escritura a los sacerdotes, a los diáconos y catequistas, y pide que la predicación se alimente de la Sagrada Escritura. Finalmente recomienda la lectura de la Biblia a todos los fieles para “adquirir la ciencia suprema de Jesucristo”. Invita a los fieles a que “acudan de buena gana al texto por medio de la llamada lectura piadosa”, lectura que debe ir acompañada de la oración, para que pueda realizarse el coloquio entre Dios y el ser humano, ya que en expresión de San Ambrosio “a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras”.

Javier de la Cruz

2 de abril de 2014

¿Quién es el Papa San Sixto I?

San Sixto I, Roma (115-125) Romano. Elegido en el 115, murió en el 125. Enterrado en la Acrópolis de Alatri (Frosinone). Prescribió que el retazo del cáliz fuese de lino y ordenó que el cáliz y paramentos sagrados fuesen tocados solamente por los sacerdotes. Estableció se cantase el Trisagio antes de la Misa.

Era Romano por nacimiento, y su padre se llamaba Pastor. Según el "Liber Pontificalis", pasó las tres ordenanzas siguientes: 
1.- que no se le permita a nadie excepto por los sacerdotes tocar los Vasos Sagrados 
2.- que los obispos que han sido convocados a la Santa Sede, no sean recibidos por su diócesis hasta que presenten las Cartas Apostólicas 
3.- que después del prefacio en la Misa, el sacerdote recite el Sanctus junto con los fieles. 

El Catálogo Feliciano de Papas y los varios martirologios le dan el título de mártir. Su fiesta se celebra el 6 de abril. Fue enterrado en el Vaticano junto a la tumba de San Pedro. Se dice que sus reliquias fueron transferidas a Alatri en 1132, aunque O Jozzi (Il corpo di S. Sisto I., papa e martire rivendicato alla basilica Vaticana, Roma, 1900) sostiene que todavía están en la Basílica Vaticana. Butler (Vidas de los Santos, 6 de abril) dice que el Papa Clemente X le dio algunas de sus reliquias al Cardenal de Retz, quien las puso en la Abadía de San Miguel en Lorena. El Sixto a quien se conmemora en el Canon de la Misa es el Papa San Sixto II, no Sixto I.

Brandon Carvajal

1 de abril de 2014

San José el filósofo

A más de uno extrañara este título dado a San José. Se lo da san Juan Crisóstomo (344?-407) un santo Padre de la Iglesia de Oriente del siglo IV. Repetidas veces le da el título de filósofo y repetidas veces habla de la filosofía de San José. “Pues el que filosofaba por encima de la ley (puesto que dejar a la Virgen y dejarla en secreto, era de quien filosofaba por encima de la ley) ¿cómo podría obrar algo contra la ley sin que necesidad alguna le forzara a ello?” (Hom. in Mat, 2,4:PG57,28).

Ante el misterio de la preñez de María por obra del Espíritu santo afirma que San José no solo no quiso castigarla, sino tampoco entregarla al público deshonor. “Ahí tienes a un varón filósofo, libre de la más tiránica de las pasiones”. Obra por encima de la ley; ante ese misterio José dio muestras de la más alta filosofía, pues no acusó ni deshonró a la Virgen, sino que solo pensó en abandonarla en secreto (Hom. in Mat, 4,4; PG 57,43-44).

Para poder comprender todo el sentido y contenido de estas palabras aplicadas a san José, es necesario recorrer los muchos lugares en que habla de la filosofía de otros personajes de la Biblia y aún de la hagiografía cristiana o de la filosofía cristiana... Así presenta a como modelo de una alta filosofía en su comportamiento ante las persecuciones del rey Saúl. “Y lo que hizo con Saúl no una ni dos veces, sino muchas ¡cómo muestra el culmen de la filosofía!

Hablando de los tres jóvenes hebreos echados por orden de Nabucodonosor en el horno de fuego, contrapone su condición de estar desprovistos de todo a la conducta y boato del rey que tiene riquezas, oro, fausto… dice que “les basta su filosofía y esta sola, la cual les hace brillar más que al que se ciñe de diadema y viste de púrpura y está rodeado de todo, a ellos que no tienen nada de esto” (Hom.in Mat. 4,3; PG 57,39). En medio de Babilonia exhibieron una suma filosofía.

Habla de la filosofía de Juan Bautista en el desierto y cuando baja a las ciudades baja como un ángel de los cielos, atleta en piedad, campeón del orbe y filósofo con una filosofía digna del cielo.

Al hablar de la filosofía de los Magos dice que ofrecen dones propio de la filosofía eclesiástica: el reconocimiento, la obediencia y la caridad al Niño Dios. (Hom. in Mat. 8,1;PG 57,83)

Recomienda la Vida de San Antonio Abad, escrita por san Atanasio y dice que “de ella se saca mucha filosofía (Hom. in Mat. 8,5; PG 57,88).

Afirma que una fuerza divina penetraba a los apóstoles y evangelistas para escribir lo que escribieron. “Porque de no ser así ¿cómo habrían podido enseñar tan alta filosofía un alcabalero, un pescador y un iletrado?” (Hom. in Mat. 1,4; PG 57,18). Claramente nos dice que la alta filosofía es la doctrina evangélica y la enseñanza evangélica. El Evangelio es la más alta filosofía. Por eso hablado de las enseñanzas de Cristo en breves y claras sentencias que nos enseñan lo que es justo y honesto y provechoso y todas las virtudes, dice que allí puede verse la altísima filosofía y que las armas de los soldados de Cristo “no están compuestas de acero y de hierro, sino de verdad, de justicia, de fe, de toda filosofía” (Hom in Mat. 1,6; PG 57.20).

Para él la humildades madre de todos los bienes, “es el principio de toda filosofía, igual que la soberbia es fuente de toda maldad” (Hom. in Mat. 3,6; PG 57, 38). Claramente nos dice que toda filosofía equivale a toda bondad.

De todos estos textos y otros semejantes podemos concluir razonablemente que cuando San Juan Crisóstomo habla de san José filósofo de su filosofía se refiere a su santidad de vida, a su bondad, a su grandeza espiritual. Quiere decir que San José ha vivido la enseñanza del Evangelio, su entraña y su esencia con una fidelidad y una intensidad únicas, que ha vivido a Dios Padre, a Jesús y María y a todos los hombres hasta el martirio. Ha vivido la justicia, en el sentido bíblico de misericordia, bondad, fidelidad, salvación, compasión, de una manera singular, ha vivido el reconocimiento de su Hijo como Salvador y Redentor y de su esposa como madre y virgen, la obediencia, sometimiento total del entendimiento y de la voluntad, al Padre del cielo con una intensidad y perfección íntegras. Ha llegado a la cima de la santidad evangélica, tal como la propone el Evangelio. En una palabra, San José poseyó y vivió en grado perfecto todas las virtudes excelsas, sencillas y evangélicas. Un santo en todo virtuoso, un santo en todo perfecto y cabal. Esta es la altísima filosofía de san José sobre todos los demás santos, después de la Virgen María, su esposa.

P. Román Llamas ocd

Evangelio de hoy comentado por Manuel Robles



Texto del Evangelio (Jn 5,1-3.5-16): Era el día de fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Probática, una piscina que se llama en hebreo Betsaida, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: «¿Quieres curarte?». Le respondió el enfermo: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo». Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y anda». Y al instante el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar. 

Pero era sábado aquel día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: «Es sábado y no te está permitido llevar la camilla». Él le respondió: «El que me ha curado me ha dicho: ‘Toma tu camilla y anda’». Ellos le preguntaron: «¿Quién es el hombre que te ha dicho: ‘Tómala y anda?’». Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. Más tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: «Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor». El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.