13 de diciembre de 2013

El Amor todo los puede

¿Os imagináis lo que sería la vida sin Amor? Pensadlo detenidamente.

El amor está en todo sitio y lugar, en todo momento y situación, en las cosas bonitas, en las buenas acciones, en los mejores deseos, en esa mano amiga que te sostiene en momentos de debilidad, en esos brazos fuertes que te acogen cuando ya no puedes más, en la mirada de un anciano y en la sonrisa de un niño. En todo esto y más hay amor.

La vida sin amor no se podría entender, no se podría vivir, no tendría mucho sentido porque el amor todo lo puede porque, no lo olvidemos nunca, con amor Todo se consigue.

Dicen nuestros mayores que más se consigue con una gota de miel que con un litro de hiel. Es verdad porque una sonrisa, una palabra de ánimo y de apoyo hacen más que cientos de llamadas de atención, de palabras hirientes que no conducen a nada. La miel en este caso concreto es poner una actitud llena de amor en práctica.

El amor es servicial, es paciente, no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no produce bajeza, no busca interés propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia sino que se regocija con la verdad.

Incluso el dolor con amor es menor dolor porque le ves un sentido al mismo.

El Amor con mayúsculas es Dios y gracias a Él conocemos la trascendencia que tiene este noble sentimiento en nuestras vidas capaz de mover montañas, encauzar desbordados ríos, ennoblecer actitudes y dar sentido pleno y lleno a nuestras vidas.

Por Amor entregó Dios Padre a Jesús para salvarnos, santificarnos y redimirnos. Fue tal el Amor que nos tenía que inmoló a su propio hijo por todos nosotros.

Lo malo es que en el mundo parece haberse instalado todo lo contrario a lo que significa el amor. Los poderes del mundo no nos quieren felices sino tristes, desesperanzados, mustios, llenos de problemas sin solución. Quieren que agachemos la cabeza y no miremos para el cielo donde se haya instalado el máximo poder de lo que es el Amor.

No olvidemos que para el mal triunfe solo hay que dejar de hacer el bien. 

Aunque la maldad nos pueda rodear, lo veamos todo negro, la tristeza y la falta de esperanza sean signos visibles de los tiempos actuales tenemos que dejarnos llevar por la esperanza de que lo mejor está por llegar y si entre todos nos ponemos a trabajar por el bien cambiaremos lo que es un mundo gris en uno lleno de luz y de amor.

El amor, no lo olvidemos, todo lo puede y la muestra más palpable, más visible es el amor de la madre. No hay amor más puro, más entregado que el de una madre por sus hijos  que es capaz de dar la vida por ellos sin pensárselo.

El amor es entrega y donación como son el de los esposos que caminan juntos por este camino que es la vida y son una misma carne formada por dos cuerpos.

Hay un lugar físico donde se da y entrega amor con mayúscula: El Sagrario. En él está depositado Cristo que todos los días, a la hora que sea, nos espera para entregarse a nosotros como hizo hace más de dos mil años en la cruz redentora.

La paz que se siente frente a Jesús Sacramentado no te la da nada en la vida, el amor que percibes y que entra en todo tu ser es un pedazo de la Gloria que Dios nos tiene preparada.

He querido en este post destacar la belleza y la importancia del amor, que es el sentimiento de los sentimientos, porque si ponemos solamente una pizca en todo lo hagamos todo nos  irá mucho mejor.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios te bendiga.

Jesús Rodríguez Arias
Blog: Sed Valientes