17 de agosto de 2011

CON EL CORAZÓN EN UN PUÑO


Ayer decíamos que el simple hecho de vivir estos momentos de encontrarnos, de sabernos llamados por el SEÑOR, de estar con ÉL en medio de nosotros, era un gozo. Y eso sólo valía la pena. No es una conclusión pero creo que en el ánimo de todos está el no dejar que esta iniciativa se muera. Necesitamos presencializar, en la medida que se pueda, a JESÚS en medio de nosotros como si del cenáculo se tratara.

Y, ¿qué coincidencia?, JESÚS nos convoca a trabajar en la Viña de su PADRE. No importa la hora, la edad, el tiempo, la condición, la fe, lo que sepas o puedas hacer. Nos llama al trabajo y a la recompesa por el trabajo. ¿Dónde está la crisis para el SEÑOR? Siempre hay trabajo para ÉL y para los que le responden a su llamada.

Y su recompensa no depende de los criterios de nuestras medidas, sino de su medida sin medida, porque su Misericordia es infinita. Da el cien por uno, y no dependiendo del tiempo que has trabajo, por lo que independiente de tus circunstancias, todavía estás a tiempo, sino de su infinita Misericordia y Amor. Y cuando ÉL paga no hay salario injusto, pues todo es de ÉL y puede emplearlo como quiera y a quien quiera.

Realmente, vale la pena ingresar en esa empresa. Dentro de 50 minutos empezarán a llegar nuevos obreros a la Viña. Un poco más tarde dará comienzo el repartirnos la tarea. Para unos será ésta y para otros, la otra. Pero todos estaremos y cada cual, ya sólo con su presencia, está en la faena. Que nadie se quede en la plaza. Y aquellos que no se han podido trasladar que hagan su faena en la oración, pues ella nos dará la fuerzas que nos impulse a realizar ésta.

 El gozo, aunque contenido, es inmenso, indescriptible. Sabemos que no estamos aquí por el azar, por la insistencia y el trabajo de alguien o unos pocos. Sabemos que estamos aquí porque JESÚS nos ha convocado a su Viña para que la trabajemos, para que la cultivemos. Y eso, contando con su Gracia y con las oraciones de todos ustedes, que los sabemos ahí, confiamos que saldrá adelante. No quizá como nosotros queramos, pero sí, seguros, que como ÉL quiera.

Un fuerte abrazo a todos en XTO.JESÚS.