16 de abril de 2011

¿Es posible cambiar el mundo de hoy?


Me gustaría comenzar con la siguiente pregunta ¿Es posible cambiar el mundo de hoy? Es una pregunta bastante atrevida para los que vivimos en estos tiempos en los que vemos que la realidad y la práctica religiosa es cada vez va a menos. No por ello podemos desanimarnos. Tenemos que ponernos en marcha para que el Evangelio sea conocido en todos los lugares del mundo. El Señor, en una de las revelaciones a la Madre Teresa de Calcuta le dijo que ella era la persona más débil y frágil de todas, pero que aun así él la había elegido para llevar a cabo su Gloria, su obra. Es decir, nosotros los católicos podemos cambiar este mundo, hemos sido llamados para cambiar el mundo. El camino no es fácil y Cristo no nos dijo que fuera fácil, tendremos muchas persecuciones, muchas luchas, muchas dudas  y sobretodo habrá muchas personas que entreguen su vida por Cristo y por la Iglesia. La gran alegría es que no estamos solos, Cristo está con nosotros.

El mandamiento que Cristo nos dio fue: “amaros los unos a los otros como yo os he amado”, en esto conocerán verdaderamente que sois mis discípulos. Lo primero que tenemos que hacer para vencer los ataques del mundo seductor es estar juntos, estar unidos. Esta unidad la vemos reflejada en la primera comunidad cristiana, ellos tenían un mismo sentir y un mismo obrar. Esto les llevaba a actuar juntos y a anunciar el único Evangelio por toda la comarca. Si la gente ve que vivimos en unidad, amándonos los unos a los otros como nuestro maestro nos ha amado, seremos verdaderos testigos de lo que se vive en la Iglesia y mucha gente volverá otra vez a la casa del Padre de donde se habían apartado buscando otros amores.  

Mucha gente de nuestro tiempo, que caminan junto a nosotros no pisan la Iglesia, la única Iglesia que pisan quizás seamos nosotros mismos. Estamos en contacto directo con el mundo y en el trato personal con estas personas se nos brinda una ocasión importante para poder mostrar que los cristianos no son personas distintas. Estamos llamados a anunciarles el Evangelio que salva y que corresponde con lo que el corazón humano desea. Esto lo haremos con el trato cercano, dando una palabra de aliento, con la amabilidad, decía la madre Teresa de Calcuta que se predica no solo con la palabra sino también con él ejemplo, muchas personas vuelven a la parroquia porque han visto en cristianos personas ejemplares de vida cristiana. Nuestra espiritualidad está en el mundo pero siendo conscientes de que no somos del mundo, estamos llamados en medio de la sociedad a anunciar a Cristo, a darlo a conocer, a poner luz donde no la hay, a dar consuelo donde no lo hay, a poner paz donde se sufre, somos la sal y la luz del mundo, una sal y una luz que nada ni nadie podrá apagar. Pero para poder llevar a los demás a Cristo primero tenemos que haberlo recibido nosotros. La parroquia es nuestro trampolín al mundo, donde yo me empapo de Cristo para darlo a conocer a los demás.

Hace unos días recibía la noticia que los bloggers de diferentes países del mundo se iban a reunir en la ciudad del Vaticano el próximo día 2 de mayo. El motivo de este encuentro era compartir experiencias de quienes trabajan directamente en este campo, y comprender mejor las necesidades de esta comunidad. El encuentro permitirá también presentar algunas de las iniciativas que la Iglesia está emprendiendo para entrar en contacto con el mundo de los nuevos medios, tanto en Roma como en otros lugares. Este también es un medio precioso para poder evangelizar, anunciar el Evangelio a través de la red. El Santo Padre Benedicto XVI también nos invitaba a ello, a llevar en la red a Cristo, para que otros puedan conocerlo. Por eso invito a todas aquellas personas que se dedican a las redes sociales, a los blogs que anuncien a Cristo y muestren en ellos a la Iglesia Católica como una comunidad de creyentes que caminan buscando alcanzar la santidad. Los medios de comunicación deben de aprovecharse para dar a conocer la belleza del cristianismo.

Doy gracias a través de este medio a la Santa Sede y sobretodo al Pontificio Consejo para los medios de comunicación por esta iniciativa. Que cada día haya mas personas que aprovechen los medios que la sociedad utiliza para atacar a la Iglesia para anunciar y llevar a Cristo a los demás.